martes, 26 de mayo de 2015

El dolor que eleva

"Todo dolor es recuerdo de nuestra condición elevada"(Harry Haller)

Hace tiempo propuse a mi compañero el tema del dolor y no ha de retar un hombre si no tiene los arrestos para afrontar, él mismo, el reto que ofrece.

La única idea que pretendo expresar es la siguiente: el dolor es una experiencia reveladora y purificadora siempre que no se vierta en el sumidero sin fondo del egoísmo.

Cuánto estamos dispuestos a sufrir por las tragedias relativas que acaecen a nuestra persona y dispuestos a hacer para ahorrárnoslas. Pero si alguna vez emprendemos el arduo esfuerzo o nos encontramos con la feliz casualidad de sobreponernos a nuestro sempiterno ego se descubre toda la belleza de ese dolor y la naturaleza de su origen.

Se puede sacar plenitud de esa experiencia o de la distancia de la misma y entonces aprendes, la guerra se torna paz y el amor transmuta hacia el verdadero Amor, ya no vale todo, pero todo brilla por su autenticidad y pureza.

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional, dijo Buda. Personalmente casi la totalidad del sufrimiento que he ofrendado a mi ego se ha perdido en la inanidad más absurda. Cuando transciendes tu sufrimiento, el dolor ya no se pierde en ti, vuela y sublima ennoblecido hasta recaer en tus hermanos, en el mundo y en la vida misma como ablución sanadora.

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