lunes, 11 de octubre de 2010

Descripción...

Caminante no hay camino se hace el camino al andar. Yo soy el creador de mi propio camino, me sirvo de mi libertad y libre albedrío para forjar mi destino, recorriendo la brumosa senda en medio de una lucha que algunos llaman vida.
Largo tiempo busqué sentido al camino hasta que comprendí que meta y camino eran lo mismo. Mi búsqueda se tornó encuentro y mi vida sueño.
Me alimento de fuego y en mi interior logró escuchar el crepitar pausado de la llama eterna, vivo en la oscuridad y aprendo del silencio, vivo, muerto o ambas a la vez.
Amo el arte en todas sus formas, desde los tapices de palabras, los sentimientos pigmentados o las ideas formadas hasta el susurro del viento, la caricia de la luna, el flujo del mar, la esencia del sol. Amo el arte, el sentimiento de la belleza del mundo.
A veces elevo la vista y veo fastuosos castillos construidos a partir de falsas ilusiones, cimentados en la destrucción y elevados en la mentira. No me muestro, tampoco me oculto.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un sentido.

A veces, es un mero y somero coqueteo con la pregunta, otras un atormentado deseo de presencia útil y armada, merecida y necesaria y, en el fondo, lo cierto es que nos intentamos justificar azorados y pudorosos por existir, vaya, por estar.

Mas en la fina y sutil frontera en la que el "yo sé" y el "yo creo" se funden aúreamente nace mi sentido. En el nacer del nuevo amanecer y morir en la nueva noche cada día de mi vida, en echar mil miradas diferentes al mismo mundo, en espiar torpemente el cambio, en subir a los hombros de gigantes para ver más allá que ellos, en dar vueltas y más vueltas sin retroceder un paso, en cantar sonriente a las sombras o en bailar con la Tierra mirando al Cielo.

Porque todos arrastramos una cruz, que más que milagro o maldición, es una oportunidad, un punto de conciencia. Ese es tu principio, tu poder.

Sin más, mi sentido es que existo, sin dudas, existo, aquí estoy y sé que si estoy, indefectiblemente, en el fondo, soy.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿

Un instante quebrado, si tiempo hubiere. Una gélida helada del verbo, si el silencio callara.

¿Miedo a saltar? El miedo es cada vez más grande, pero yo también.

Crezco como la montaña, que muere del viento. Crezco como el mar, libre entre mil costas. Como el águila que ama el sol y vive del fuego. Como la vida en el alma del moribundo. ¡Como el sueño esquivo que escupe brumas al hombre despierto!

Es sacarle los ojos al Destino y entregárselos a la Justicia, es clamar como el ser etéreo que canta en soledad, es atreverse a odiar con tanta fuerza como desearíamos poder amar, es beber sedientos del cieno hasta respirar azufre y, una vez bajados nuestros ojos, elevar la mirada hasta el deslumbre.

Viejo el hombre de las diez mil caras, tras un hábito negro como el mar sin luna, aspira y expira tu aliento y duerme tan lejos como tú decidas.

¡Basta!

lunes, 21 de junio de 2010

Mirar al frente.

Mayor es el dolor del que vive en el placer, así como el placer del que sufre gran dolor, no ama de verdad quien no ha odiado exacerbadamente, están la vida y la muerte unidas por invisibles cadenas, lo bello surge en presencia de lo feo, lo alto sigue a lo bajo y el sueño se confunde con su vigilia en este juego eterno bañado de mil dualidades que compone la existencia.

Aquí estamos, entre dos fuerzas que desdibujan nuestras vidas, decidiendo dubitativos que camino escoger pues el uno lleva al otro como el otro lleva al uno, en un viaje infinito sin principio y sin final o con ambos unidos que cierra el ciclo del devenir.

Cansado de mil vueltas el final vuelve al principio, mirar al frente, en el fondo de todas las cosas.

lunes, 19 de abril de 2010

Vaga perdida la sombra de un gigante, cegados languidecen sus ojos tras la airada tormenta, como un árbol sin cielo.

Perdido en sus sentidos dejó de sentir la vida que le sostiene. Todo cuanto su caminar le presenta le trae el mismo aroma a cieno que llena su hastío.

Lejos de su desierto olvido el lugar donde muere el tiempo y, sangrando cadenas, pugna por destruir su fría sinfonía.

Tiene hambre de fuego y miedo de heridas, pero tras la oscuridad persiste el tímido crepitar de la llama, a la espera de una llamada que desate el himno de la vida.

Dista un camino por recorrer, una mirada como un rayo que rompa las calladas lejanías, condene los efluvios de los egos y descubra el ser anhelado en la luz que les une.

Falta ver, verla en la sombra del corazón y verse en ella, tras los callados reflejos de la intención.

Quizás todo termine en un simple: I see you.

martes, 2 de febrero de 2010

Diamantes de sangre

Diamantes de sangre que corre por los suelos del rojo olvido, de sangre que fluye por los cuerpos vacíos marcados por las injustas condenas del destino.Allá, allá donde habitan los sonidos rotos, de donde provienen los manidos lloros eternamente conocidos e ignorados, la tierra sangra tesoros y el hombre siembra muerte.Observad, en los abismos de las tinieblas, en el umbral del vetusto templo, donde la bondad y la maldad se difuminan en instintos y fuerzas y veréis como la más bella joya jamás existida, nuestra luz, se baña de sangre que tiñe diamantes, diamantes de sangre...
Y yo sólo escribo...
EEV

Mis únicos hijos son las frases que me invento...

Soy de la opinión de que toda idea ha de morir ahogada en tinta para evitar que se extinga como fuego en la hoguera, como sueño en el despertar, como vida en muerte...
He aquí los hijos bastardos de mi intelecto, saetas de ideas, hilos de pensamiento, quizás míos, quizás de otros tiempos...

-Afirmar lo que no existe es ignorar lo que podría existir.

-No hay mayor soberbia que la de la falsa modestia.

-En un mundo de locos, a un cuerdo le llamarían loco.

-Una vida cabe en un sueño pero no cabe vida sin sueño.

- Despertar es ver lo desconocido en lo conocido.

- A veces pienso que el viento nos susurra nuestro destino en un idioma que hace tiempo que olvidamos.

-La felicidad es la cualidad de la existencia, mientras que el placer es la cualidad de la presencia.

-Las cosas no se crean ni se destruyen, tan solo cambian. Lo único que se crea o se destruye son los conceptos y las ideas del hombre.

-Todos nacen hombre, pocos mueren persona.

-La muerte más terrible es la de una vida no vivida.

-La sensibilidad y la inteligencia afilan las puntas de la doble flecha de la vida, haciendo de su dualidad algo más bello y terrible.

-Cierto momento de lo inerte nació la vida y de lo inconsciente la conciencia. No sé si somos especiales, pero sí extraños...

-Mucho deberíamos aprender de los árboles que crecen lenta pero inexorablemente, llegando a acumular milenios de vida, de simple y pura vida.

-Un análisis sincero y objetivo de nosotros mismos pronto nos arrebata el título de buenas personas, que como uniforme vestimos sin haber ganado.

-Quien intenta conscientemente ser siempre de una determinada manera, crea una caricatura, y quien pretende que alguien sea siempre de una determinada manera, la inventa.

-La sinceridad no implica calidad humana, sino coherencia. Es la expresión franca de nuestro ser.

-¿Qué misterio hay en algo que está al alcance del filo de una navaja o de un séptimo piso?

-Los que verdaderamente aman su libertad no son seres inmaduros y menos aún conformistas.

-Nunca caminas solo, tú sombra siempre te acompaña.

-En el desierto de la vida es muy probable acabar caminando en círculos, sólo el que tiene un camino, lo sigue.

-Como el río que mil aguas ve pasar son las vidas que reciben y despiden los aromas del tiempo.

domingo, 31 de enero de 2010

Carta al visitante.

Guarda respeto visitante pues entras en un cementerio. Caminas entre altares erigidos en honor a vidas ya pérdidas en las arenas del tiempo, testigos de piedra que algún día cobijaron el caduco recuerdo.

Reverberan tus huellas en el mar del silencio que inunda el campo del recuerdo y sientes presente tu vida en los caprichosos latidos del corazón, que a cada instante te recuerdan que respiras y que dejarás de hacerlo, que toda luz se apaga y toda vida termina, sellada por su propia sombra.

Ciudad de polvo y piedra, ciudad de muerte, que enigmática e inmemorial crece desde la noche de los tiempos. Tú miras al cielo y entiendes.

Mas este camposanto no alberga cuerpo alguno y nadie viene llorar las muertes que en él se acumulan, aquí yacen sepultados en palabras conceptos e ideas, sueños e historias, condenas y libertades, en definitiva, los fantasmas y las sombras de un espíritu que brilla en el silencio.

Muertos se hallan en su finitud, perfectos en su limitación, parecen sombras, parecen cáscaras, casi pareciera que duermen en espera de una mente que les invoque, ilumine y llene.

Si el brumoso horizonte de tu camino ha traído la sombra de tus huellas ante él, bienvenido seas.