viernes, 29 de marzo de 2013

Las firmas del firmamento.

Siempre se regresará a la metáfora del hombre contemplando el paisaje misterioso e hipnótico del firmamento nocturno.

Cuando en la noche inquieta el individuo se permite un retiro breve del trance social, por ejemplo, un paseo solitario entre las sombras de la noche. Puede ser que los pasos distraídos le dirijan a un páramo libre de luminarias artificiales, encontrando, por casualidad, un desnudo cielo estrellado para acoger su ánimo destemplado y soledad consciente.

Es posible que en esa situación, al elevar levemente su cabeza hacia el firmamento, surja una alianza de sincronías que atraviese directo el corazón del caminante. Una emoción sin nombre, expandiéndose suavemente por su interior, hasta descongelar ese entramado de creencias secas que abaten la pasión y corrompen la percepción viva de las cosas.

Un brillo natural invadiría las lagunas diamantinas de su mirada tras recibir la sombra iluminada de la noche del mundo. Porque entre los luceros constantes del lago de inmensidad, extendería el dominio de la imagen hasta que un fogonazo de infinitud impactara su alma. Sobrecogido por el fondo de la existencia, se rendiría al vértigo de la conciencia, procediendo a depurar sus fronteras.

Y en ese estadio desconocido e íntimo, le invade un entusiasmo extraño por la vida, tan cercana y tan desconocida ahora, que empuja a la voluntad de una imaginación infinita y libre.

En el fondo, se vive la intuición intensa de que toda esa densidad de distancia y luz que se presenta ante nosotros, es la trama velada de nuestra verdad más profunda. Sentimos que estamos inscritos en las líneas del universo porque, de alguna manera, contemplarlo pasmados durante un paseo solitario entre las sombras de la noche, nos hace partícipes de su sinfonía sin fin.

Desde Tales, viviendo hacia las estrellas.

1 comentario:

  1. Este me encanta.
    Te doy las buenas tardes, hacía un tiempo que no me metía, ya sabes que no suelo esperar notificaciones, pero cuando me llega algún comentario tuyo se me iluminan los ojos.

    Me encantaría sorprenderte con mis palabras, pero he de decir que estoy en una etapa extraña en la que la inspiración creo que me ha abandonado.

    Así que ya veré cómo lo soluciono, pero no tardaré mucho tiempo en hacer algo. Cambio de estación y tu blog sigue igual de magnífico.

    Este texto describe lo que me ocurre a mí cuando salgo de la ciudad a pensar y me encuentro con ese cielo tan maravilloso. Gracias por ello.

    ¡Un saludo, Mr.Necrópolis Ideal!

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