sábado, 4 de julio de 2015

Historias

Un viejo fue hombre tan valeroso, que esperó toda una vida para llorar.

Siete días antes de morir, escuchó un parto: gritos de dolor y llanto de vida.

El susto del niño le hizo reír tanto, que las risas del viejo trajeron las del niño.

Las risas del niño le hicieron llorar tanto, que siete días estuvo llorando.

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