miércoles, 28 de marzo de 2012

Escribir, sin más.

Como el Gólem al que el rabino espiritualiza con los nombres de Dios haciendo aliento de la tierra húmeda, ocurre también que la tierra húmeda sorbiendo aire divino con el eco de los nombres que son grito verdadero del padre del verbo de Dios crea la sucia especie del hombre que siendo, deja de ser y dejando de ser, se erosiona con los mares de la aleatoria y deforme acción de los estímulos que atento erige en señores de su destino inmediato.

Arde el otoño, vestigial tormento del descanso gélido de los tiempos del letargo dormido del entendimiento ondulatorio de los sismos del alterado altar del alma.
Vienen a despedir las canciones rotas del ayer vigilante para desfallecer del sueño que atento honro de desheredar en las volutas siseantes del mañana atardecido en las sombras de mi mediocridad. Esa odiada sombra que oscurece la luz de la invisible aurora de aquellas antiguas tardes que en un desierto de oro fino que volaba por los intersticios de los acantilados del misterio que en armonía enigmática acaricia los sonidos del interior de los huesos danzantes del arco y la piel que tensa el movimiento de las cuestiones más perversas de la inocencia perdida y carente de discernimiento despereza las calladas pistas que las huellas de tu patizambo andar dirigiéndote hacia el tortuoso destino del horizonte que esquiva los conatos torpes de tu voluntad en un mar furibundo de calma ancestral y eterna tras el silencio infinito de la noche, el frío y sobre todo: negra extensión astral que el rugido primigenio estalla en la noche de los tiempos que encierran la eternidad en un intento de baile de magos, polichinelas del destino de las cosas que son.

2 comentarios:

  1. Siento en el alma no haber respondido a tu comentario antes, y lo siento tanto porque cuando lo he visto me he emocionado. (Yo, que soy así de estúpida).

    Decirte también que leídos ya todos tus blogs, puedo afirmar que lo que escribes es cautivador y alucinante. De veras, me encantó.

    Espero seguir leyendo cositas nuevas, y gracias por tu aportación a mi humilde texto.

    Un saludo!

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  2. Desconocidos mutuos somos. Mi nombre es Sara :). Creo que hacía tiempo que nadie me sacaba una sonrisa como tú lo has hecho con tus comentarios, de corazón.

    Me llena que te llenen, y odio no poder responderte nada más me los pones, pero hacía mucho que no tenía notificaciones en mi blog y me emociona.

    Sigue escribiendo lo que escribes porque es magnífico, ya te lo dije.

    Gracias, gracias, gracias.

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